NIHIL NOVUM SUB SOLE
Por David López Sandoval, IES Los Cantos (Bullas)
La verdad es que, si bien las noticias sobre el cazador de elefantes no me han sorprendido, he de confesar que este artículo me ha pillado algo a contrapié. Yo pensaba venir aquí a hablar de sexo inseguro entre adolescentes, aprovechando que hace unos meses salió un estudio donde se demostraba que los embarazos no deseados iban en aumento a pesar de las toneladas de información con que os machacan a diario. Sin embargo eso que los periodistas llaman un poco cursimente “la rabiosa actualidad” ha querido que al final hablase de caza insegura, y yo lo primero que he hecho es aplicar el adagio del Eclesiastés (1, 9), nihil novum sub sole, -nada nuevo bajo el sol-, que pensaba introducir en el tema del sexo juvenil, al “real” episodio en cuestión.
Así que, lo dicho: nihil novum sub sole, o, en este caso, nihil novum sub monarchia. Porque quien haya leído acerca del suceso observará que la cosa no es nueva, de hecho forma parte de una larga tradición que Don Juan Carlos I sigue fielmente desde hace décadas. Pero es curioso cómo la frase no solo ilustra una costumbre personal del rey, sino, al parecer, un hábito de familia que se remonta a su antepasado Carlos III. Eso si atendemos al dudoso deporte cinegético, porque si nos centramos en el otro aspecto del tema -Corina zu Sayn Wittgenstein, su acompañante en estos safaris “de Estado”, y la relación que al parecer une a ambos-, las coincidencias familiares se vuelven asombrosas. A nadie mínimamente informado escapa el hecho de que la afición por el bello sexo y por las aventuras extramatrimoniales -con todo lo que el prefijo “extra” acarrea- también es una constante muy, pero que muy borbónica.
Sin embargo todo esto no son más que olas en la superficie del agua que dejan inalterables los fondos marinos. En realidad no me interesa que habléis de elefantes, de amiguitas reales o incluso de yernos de vida disipada ynietos aficionados al “autotiro” al blanco; a no ser, claro está, que tratéis dichos temas como lo que realmente son: meras anécdotas. A mí lo que me gustaría leer, con lo que me gustaría colocarme en un buen artículo de opinión de entre quinientas y ochocientas palabras es con algo de esa droga dura que los principales medios de comunicación, siempre tan independientes e imparciales con la realeza, han olvidado durante estos últimos días.
A saber:
¿Es la monarquía española garante de la unidad nacional o una antigualla y un pozo sin fondo por donde se liquidan millones de euros del presupuesto estatal?
¿De dónde proviene nuestro rey y hacia dónde se dirige? ¿Es cierto aquello de que fue quien trajo la democracia a España o, por el contrario, es una rémora del franquismo?
¿Es útil un jefe de Estado -Don Juan Carlos- que reina pero no gobierna, que ostenta simbólicamente el cetro del poder ejecutivo en un país donde la separación de poderes parece que es un mito?
¿Estaríais dispuestos a convertiros en vates, en adivinos, y a arriesgaros a leer la mano de la monarquía española, dar un veredicto sobre su futuro?
¿Estaríais dispuestos a ser valientes y responsables con los criterios que oséis plasmar en vuestros artículos, y a mojaros reflexionando sobre qué forma de Estado nos vendría mejor en estos momentos: monarquía o república?
Muchas cuestiones que espero os ayuden a centrar vuestros textos. El tema es complicado, lo sé, y mientras escribo, me pregunto si no habría sido mejor hablar de ligues de una noche, uso de condones y pastillas del día después; al fin y al cabo eso es algo que os toca más de cerca. Pero supongo que al final me he decantado por mandar a tomar por saco mi sentido de realismo y abrazar el idealista tópico periodístico que dice que hay que saber distinguir entre lo interesante y lo importante.
Y, qué diablos, además nunca es demasiado pronto para conocer qué piensan aquellos que, como vosotros, dentro de diez o veinte años tendrán en sus manos la posibilidad de cambiarlo todo, de no cambiar nada o de cambiar algo, ay, para que todo siga igual.
FECHA DE ENTREGA: LUNES 14 DE MAYO
No hay comentarios:
Publicar un comentario